Unidad de Mama
¿Cómo es la mama?
La glándula mamaria se constituye de una serie de secciones que se llaman lóbulos (de 10 a 20); cada uno de estos a su vez se dividen en otros más pequeños llamados lobulillos donde se alojan las glándulas encargadas de la producción de leche. Desde éstas glándulas se dirigirán hacia el pezón a través de unos canales llamados ductos. Todo ello se rodea de tejido graso, fibroso y linfático.
Estos últimos tienen una extraordinaria importancia (al igual que ocurren en otras partes del organismo) ya que son encargados de recoger los desechos celulares, líquidos sobrantes y bacterias. A nivel axilar, los ganglios linfáticos drenan la mayor parte de la región mamaria.
¿Qué es el Cáncer de mama?
El cáncer de mama es un crecimiento incontrolado de las células epiteliales de la glándula mamaria. Durante el desarrollo de la enfermedad las células pueden migrar hacia otras partes del cuerpo, llegando a formar lo que se conoce como metástasis (proliferación del tumor en área a distancia).
Generalmente, el cáncer de mama se origina en las células de los lobulillos, que son las glándulas productoras de leche (Carcinoma Lobulillar), o en los conductos, que son las vías que transportan la leche desde los lobulillos hasta el pezón (Carcinoma Ductal). Con menos frecuencia, el cáncer de mama puede originarse en los tejidos estromales, que incluyen a los tejidos conjuntivos grasos y fibrosos de la mama.

¿Por qué se descontrolan las células?
Las células se dividen de forma regular con el fin de reemplazar a las ya envejecidas o muertas; de esta forma se mantiene la integridad y el correcto funcionamiento de los distintos órganos.
Este proceso esta regulado por unos mecanismos que ordenan a las células cuándo y cómo deben dividirse. Si fallan se iniciará una división celular incontrolada que con el tiempo puede llegar a producir un tumor. El tumor en su crecimiento podrá invadir por contigüidad a los tejidos de alrededor (infiltración) o podrá utilizar los ganglios linfáticos para diseminarse.
Epidemiología y estadísticas del cáncer de mama en España
Se estima que el riesgo de padecer cáncer de mama a lo largo de la vida es de, aproximadamente, 1 de cada 8 mujeres.
La incidencia en España es baja. Es menor que la de Estados Unidos y Canadá, Reino Unido, Paises Bajos, Bélgica, Alemania, Francia y Suiza. Es similar al resto de países de Europa Mediterránea, Centroeuropeos, Portugal e Irlanda.
En España se diagnostican unos 26.000 nuevos casos al año, lo que representa casi el 30% de todos los tumores del sexo femenino en nuestro país. La mayoría de los casos se diagnostican entre los 35 y los 80 años, con un máximo entre los 45 y los 65. No obstante, no disponemos de un sistema Nacional de registro de tumores para conocer las cifras exactas.
La mortalidad por cáncer de mama ha descendido en los últimos años gracias a los programas de cribado y a la mejora de los tratamientos; a pesar de ello, el cáncer de mama sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer en España en las mujeres.
La edad de máxima incidencia está por encima de los 50 años, pero aproximadamente un 10% se diagnostica en mujeres menores de 40 años; esta cifra esta aumentado atendiendo a las últimas estadísticas y empiezan a rondar casi el 20%.
CÁNCER DE MAMA
Síntomas
La mayor parte de los diagnósticos de Cáncer de mama que se detectan en la actualidad son fruto de las campañas de Screening (cribado) que permiten el diagnóstico precoz de la enfermedad.

Señales de cancer de mama
Existen algunas manifestaciones que motivan a que sea la propia mujer la que solicite ayuda ante la sospecha de un acontecimiento de esta naturaleza.

Nódulo palpable
El signo más frecuente es la aparición de un nódulo palpable (en mama o axila); habitualmente no genera dolor

Dolor óseo
En fases avanzadas de la enfermedad no diagnosticada, el cansancio o el dolor óseo localizado pueden ser los síntomas prevalentes.

Dolor en la mama a la palpación

Alteración en la piel: úlceras, cambios de color y aparición de lo que se denomina piel de naranj

Retracción del pezón (hundimiento)

Cambio de tamaño de alguna de las mamas y/o asimetría

Irregularidades en el contorno

Telorrea: Expulsión de liquido por el pezón
¿Cómo se diagnostica el cáncer de mama?
El pilar básico para el diagnóstico del cáncer de mama es la historia clínica. Una detallada entrevista acerca de los antecedentes personales, los hábitos de vida y síntomas expresados por el paciente son pieza fundamental para llegar a una conclusión diagnóstica. Pero el proceso podría ser insuficiente si no le añadimos una correcta exploración física (ver apartado de síntomas), basada en lo que se ve y lo que se palpa.
Desafortunadamente el cáncer de mama puede permanecer silente y oculto a los ojos-manos de un explorador, incluso experimentado. Pero la aportación de las pruebas de imagen cada vez más sensibles han permitido establecer un diagnóstico precoz que a su vez redunda en un mejor tratamiento así como en una mejora del pronóstico y la supervivencia. En este sentido, la mamografía es la prueba que se ha mostrado más eficaz para detectar precozmente los tumores malignos de mama.
Si finalmente, la impresión diagnóstica obliga a tomar una muestra de la zona sospechosa podrás tener una solicitud de alguna de estas pruebas:
Cómo ya hemos dicho, la mamografía es la prueba principal para el diagnóstico de cáncer de mama, pero otras pruebas están a nuestro alcance para mejorar el diagnóstico o adaptarse a casos especiales.
Pruebas:
Aspiración aguja Fina (toma células)
Biopsia aguja gruesa (toma tejido).
Biopsia asistida por vacío
No son radiaciones ionizantes, de manera que no debes temer efectos secundarios de su uso. Es la prueba utilizada en mujeres jóvenes por debajo de los 40 años, ya que la mayor densidad de la mama hace que la mamografía tenga menor rendimiento que la propia ecografía. Es muy útil para valorar mamas con quistes.
Es utilizada para mamas muy densas, sospecha de tumores ocultos a los medios convencionales o mamas con prótesis. Debe ser tu médico quien defina su uso ya que no siempre está indicada. Para mejorar la imagen se suele utilizar un contraste llamado gadolinio.
La importancia del Diagnóstico Precoz en el cáncer de mama
El diagnóstico Precoz es la mejor herramienta con la que contamos para asegurar unas altas tasas de supervivencia; tasas que en sus etapas iniciales (carcinoma in situ) rondan el 100%. Es por ello, y así lo corrobora la evidencia científica que, gracias a la realización de campañas de diagnóstico precoz de cáncer de mama, la mortalidad por esta enfermedad ha disminuido de forma significativa en los grupos de edad con mayores tasas de incidencia (en torno a los 50 años). De ahí que el conseguir un diagnóstico precoz siga siendo la mejor vía para mejorar las posibilidades de curación.
La mamografía se ha acreditado como la prueba de cribado más efectiva. Actualmente todas las Comunidades Autónomas españolas poseen programas de cribado poblacional de cáncer de mama, aunque los grupos de edad a los que se aplica varía según las Comunidades. No existe evidencia científica para recomendar otro tratamiento distinto a la mamografía. No se debe tener miedo a la dosis de radiación utilizada ya que esta es mínima y resulta inofensiva.
La autoexploración o la exploración médica son buenos métodos de apoyo para el diagnóstico pero en ningún caso pueden suplir a la mamografía.
En la actualidad se llevan a cabo Campañas de Screening de cáncer de mama en Andalucía dirigidos a las mujeres de mayor riesgo, entre los 50 y los 65 años, mediante la realización de mamografías cada 2 años. En otras comunidades se incorpora a mujeres en edades entre 45-49 años y 65-69 años. No han demostrado un beneficio las campañas de diagnóstico precoz por encima de los 69 años ni por debajo de los 45 años. En mujeres entre los 40 y 45 años solamente puede ser aconsejable si existen factores de riesgo elevado como el genético. Hay que tener en cuenta que la mamografía es menos sensible en mujeres con mamas densas como ocurre en el grupo de mujeres jóvenes; en estos casos la ecografía obtiene mayor rendimiento diagnóstico.

Autoexploración mamaria
Toma una fecha de forma regular que coincida todos los meses una semana después de tu ciclo menstrual. Lee atentamente estos cinco pasos y anímate a practicarlos de forma mensual.
Párate frente a un espejo con los hombros rectos y los brazos junto a la cadera y mírate las mamas.
Esto es lo que debes encontrar:
- Mamas de tamaño, forma y color normales
- Mamas bien formadas, que no presentan deformaciones ni inflamaciones visibles
Si notas alguna de las siguientes alteraciones, informa a tu médico
- Formación de hoyuelos, arrugas o bultos en la piel
- Cambio de posición de un pezón o pezón invertido
- Enrojecimiento, dolor, sarpullido o inflamación
Ahora, levanta los brazos y fíjate si ves las mismas alteraciones.
Cuando estés frente al espejo, fíjate si te sale líquido de uno o ambos pezones (puede ser transparente, lechoso o amarillento, o sangre).
Luego, acuéstate y pálpate las mamas con las manos invertidas, es decir, la mama izquierda con la mano derecha y viceversa. Procura utilizar un tacto firme y pausado con las yemas de los dedos, manteniendo los dedos rectos y juntos. El movimiento debe ser circular, del tamaño de una moneda aproximadamente.
Controla la mama completa de arriba a abajo y de lado a lado: desde la clavícula hasta la parte superior del abdomen, y desde la axila hasta el escote.
Sigue algún tipo de patrón para asegurarte de cubrir la mama entera. Puedes empezar con el pezón y avanzar en círculos cada vez mayores hasta llegar al borde exterior de la mama. También puedes mover los dedos verticalmente, hacia arriba y hacia abajo, como si estuvieras cortando el césped. Este movimiento ascendente y descendente suele ser el más utilizado por las mujeres. Asegúrate de palpar todo el tejido mamario, tanto en la parte delantera como en la parte trasera: para palpar la piel y el tejido superficiales, ejerce una leve presión; para llegar al tejido ubicado en la parte media de las mamas, una presión moderada, y para el tejido profundo, una presión firme. Al llegar al tejido profundo, tienes que poder sentir las costillas.
Finalmente, pálpate las mamas estando de pie o sentada. Muchas mujeres dicen que la mejor forma de palparse las mamas es cuando la piel se encuentra mojada y resbaladiza, de modo que prefieren realizar este paso en la ducha. Controla la mama completa con los mismos movimientos que se describen en el paso 4.
Tipos de cáncer de mama
Es importante distinguir dos tipos de Cáncer de mama. Si te han dado la noticia, aclara en que grupo te encuentras:

Carcinoma in situ
El carcinoma in situ (o carcinoma intraductal) aparece dentro del ducto y no tiene capacidad de atravesar la membrana basal (que es la pared del mismo); éste es el motivo por el que no existe invasión o infiltración del tejido que lo rodea.
En la actualidad, sabemos que un buen porcentaje de estos tumores no llegarán a transformarse en infiltrantes pero aún no disponemos de las herramientas necesarias para discriminar entre cuáles lo harían y cuáles no.
En la actualidad se considera como un marcador de riesgo para el desarrollo de un proceso maligno en el futuro. Pero en sí mismo, no es un proceso maligno.

Carcinoma infiltrante
Es el más frecuente de los tumores infiltrantes, llegando al 80%. La proliferación del tumor es capaz de salir de su espacio natural e invadir el tejido que lo rodea.
Originado en las células de los lubulillos, representan el 10% de los cánceres de mama.
Otros carcinomas de mama
La invasión del tumor llega a infiltrar los vasos linfáticos e incluso la piel de manera que ésta aparece caliente y enrojecida
Presenta afectación de la piel del pezón y/o areola. Puede asociar un componente de carcinoma in situ o invasivo, subyacente.
Se presenta característicamente como un eczema del pezón recurrente a pesar del tratamiento local con corticoides. A veces las pruebas de imagen son normales, por lo que ante la sospecha del mismo se debe practicar una biopsia del complejo areola-pezón.
Tengo cáncer de mama. ¿Cuál será mi tratamiento?
El tratamiento del cáncer de mama es multidisciplinar. La elección del tratamiento más correcto dependerá de la labor coordinada de varios especialistas. Además, gracias a los avances y el conocimiento de cuál es el comportamiento biológico del cáncer de mama, actualmente podemos particularizar el tratamiento a cada individuo. Por tanto, no todos se tratarán de la misma manera.
- Edad y estado hormonal de la mujer (pre o post-menopausica)
- Localización y tamaño del tumor
- Inmunohistoquímica tumoral
- Grado celular del tumor
Es muy común que, ante el diagnóstico del cáncer de mama, la paciente y su familia deseen una pronta recuperación y la mayor efectividad posible del tratamiento haciendo una asociación errónea de “cuanto mayor sea la cirugía más probabilidades de sobrevivir tendré”. Éste es un pensamiento humano y lógico pero no se ajusta a la evidencia (realidad) científica. Hoy día y gracias a todos los estudios que se han llevado a cabo hasta la fecha, el pronóstico y supervivencia no varían por el hecho de practicar una cirugía conservadora. Por tanto, siempre que sea posible debemos optar por ser conservadores y no generar cirugías mutilantes.
La cirugía conservadora extirpará el tumor con una pequeña cantidad de tejido sano a su alrededor. Habitualmente, necesitará administrar radioterapia posteriormente.
La cirugía radical o mastectomía extirpará toda la mama, aunque hay variantes que podrán ser explicadas por tu cirujano antes de llevarla a cabo. Finalizar todo el proceso de la cirugía oncológica contempla también la reconstrucción de la mama; siempre que sea posible y la paciente lo desee, se puede llevar a cabo una reconstrucción inmediata (en el mismo acto quirúrgico). En otros casos es más aconsejable finalizar todos los tratamientos para completar la reconstrucción (de forma diferida).
Se define como el primer ganglio que recibe el drenaje linfático del tumor y, por tanto, si logramos identificarlo y estudiar sus células, podremos saber si ha existido diseminación del tumor más allá de su ubicación local. Por su importancia le dedicamos un apartado especial.
Esta fase del tratamiento la lleva a cabo el Oncólogo Médico; es un tratamiento sistémico que consiste en administrar fármacos que lucharán contra las células tumorales del cuerpo con el fin de lograr su reducción o desaparición de la enfermedad. Puede administrarse:
- Adyuvante: Tras la cirugía y con el fin de reducir el riesgo de nueva aparición del cáncer.
- Neoadyuvante: En este caso el tratamiento se administrará antes de la cirugía y su propósito es disminuir al máximo el tamaño del tumor. De esta manera, tumores de gran tamaño que habrían precisado una cirugía radical pueden beneficiarse de una cirugía conservadora.
La quimioterapia se administra en forma de ciclos para los que habitualmente el paciente no precisa ingreso hospitalario (salvo complicaciones). El tratamiento se hace a través de la sangre (vía intravenosa), aunque para evitar las molestias de continuos pinchazos se puede colocar un catéter que facilite la punción.
Dado que algunos de estos fármacos pueden afectar a la fertilidad, cuando el diagnóstico se realiza en mujeres jóvenes o con sus deseos genésicos no cumplidos es necesario hablar sobre la posibilidad de Preservación de la fertilidad con su ginecólogo.
Tiene como objetivo destruir las células tumorales generando el menor daño posible a las células sanas que las rodean. Como ya hemos dicho antes, se utiliza siempre tras la cirugía conservadora y, en ocasiones, tras la cirugía radical. En aquellos casos en los que se administre también quimioterapia, la radioterapia se administrará al final del tratamiento.
La dosis total de radiación se da en varias sesiones (fraccionadas) para minimizar los daños a los tejidos sanos. El paciente no precisa ingreso; tras cada sesión puede volver a casa.
El tratamiento hormonal se lleva a cabo en aquellos tumores que expresaban en sus características moleculares receptores hormonales. Se administrará unas vez finalizada la quimioterapia y puede durar de 5-10 años. El más conocido de todos ellos es el Tamoxifeno aunque en las postmenopaúsicas suele pautarse un Inhibidor de la aromatasa.
Los avances en la investigación nos están dotando de nuevas armas que luchan de forma más selectiva contra determinados tipos moleculares del cáncer de mama. Así el Trastuzumab se ha mostrado de gran utilidad para tumores Her2 y se administra durante 1 año.
Ganglio centinela
Se llama ganglio centinela al primer ganglio que recibe el drenaje linfático del tumor; de esta manera, si somos capaces de identificarlo podremos saber si existen células tumorales que hayan emprendido un viaje hacia la diseminación (metástasis). Cuando el ganglio centinela no presenta células tumorales podemos presumir que en el resto de los ganglios axilares no existirá afectación.
Este ganglio se localiza inyectando dos sustancias: una radioactiva y un tinte azul. Estas sustancias fluyen a través de los conductos hasta los ganglios linfáticos y se fijan en el ganglio centinela que quedarán teñidos de azul y marcados por la sustancia radiactiva. Esto nos permitirá identificar el ganglio en el quirófano, ya que éste emite un sonido al pasar una sonda especial en sus proximidades.
Una vez el cirujano consigue identificar el ganglio será extirpado y enviado al equipo de Anatomía Patológica para analizarlo en el mismo acto quirúrgico; los patólogos determinarán si hay células cancerosas o no. Si no se detectan células tumorales, no hará falta extraer más ganglios y así se evita la linfadenectomía y sus posibles complicaciones. En el caso de que exista afectación del ganglio centinela por el tumor, debe hacerse la linfadenectomía (a veces en el mismo acto quirúrgico y otras en un segundo tiempo). Además de proporcionar información sobre el pronóstico, la linfadenectomía axilar continúa siendo el método más eficaz para controlar la enfermedad regional. En la actualidad se sigue realizando cuando el ganglio centinela es positivo y además cumple ciertos criterios de riesgo.






Cáncer de mama en hombres

Al igual que en la mujer, su incidencia está aumentando. El varón tiene glándula mamaria aunque en su caso, atrofiada. El desarrollo de un cáncer parece estar en relación con la exposición a radiaciones ionizantes, la cirrosis o el Sindrome de Klinelfelter. Entre el 15-20% de los hombres con cáncer de mama tienen antecedentes familiares cercanos de esta enfermedad. Las hermanas e hijas de estos pacientes con cáncer de mama tienen un riesgo dos a tres veces superior de padecerla.
La presentación clínica del cáncer de mama en el varón es similar a la de la mujer; casi siempre la motivación de la consulta es el nódulo. Esta es la causa por la que el varón suele retrasar la primera consulta al médico. La edad de presentación suele ser algo más tardía a la mujer (unos 10 años).
El diagnóstico se realiza de la misma forma que en la mujer (el hombre también se hace mamografía y ecografía de mama). El estadio clínico es el factor pronóstico más importante y el tratamiento es similar al cáncer de mama en la mujer, aunque en estos casos el tratamiento de elección es la mastectomía.
Cáncer de mama hereditario
El cáncer hereditario es aquel que tiene su origen en alguna mutación genética.
Se estima que el 5-10% de los cánceres de mama son hereditarios. El 20-25% de las mutaciones responsables de los cánceres de mama hereditarios ocurren en los genes BRCA 1 y 2. El riesgo de desarrollar un cáncer de mama a lo largo de la vida se sitúa en alrededor de un 60% en las portadores de BRCA 1 del 50% en las de BRCA 2.
El análisis genético de BRCA1 y BRCA2 es complejo y caro, por ello es necesario realizar una selección muy precisa de aquellas familias que se pueden considerar de alto riesgo y en las que esté indicado el estudio genético.
Criterios para el diagnóstico clínico de un cáncer de mama-ovario hereditario del Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Oncología Médica:
- Un caso de cáncer de mama en una mujer de 40 años o menos.
- Diagnóstico de cáncer de mama y de ovario en la misma paciente.
- Dos o más casos de cáncer de mama, uno de los cuales es bilateral, o en una mujer menor de 50 años.
- Un caso de cáncer de mama en mujer de menos de 50 años o bilateral, y un caso de cáncer de ovario en familiares de primer o segundo grado.
- Tres casos de cáncer de mama y ovario (al menos un caso de ovario) en familiares de primer o segundo grado.
- Un caso de cáncer de mama en varón y al menos un de primero o segundo grado con cáncer de mama u ovario.
- Tres casos de cáncer de mama y ovario (al menos un caso de ovario) en familiares de primer o segundo grado.